martes, septiembre 26, 2006

EL ALAMBRE


De los gratos recuerdos infantiles que conservo de las sesiones de circo a las que pude asistir, me acuerdo a la perfección de la jaula de leones con la que comenzaba el espectáculo, de las familias de malabaristas, de los magos y sus cajas sorpresas, de unos perrillos ataviados con camisetas del Athletic y la Real que jugaban al fútbol en unas minúsculas porterías, de los payasos,como no, y de muchas cosas más.

Pero sobre todo jamás olvidaré las sensaciones que me producían aquellos personajes, los funambulistas, haciendo piruetas sobre un alambre. Como pasaban de un lado a otro andando sobre el alambre y sin caerse. Lo vivía sin pestañear, pensando en el trágico momento si por casualidad el artista cometía un error. Recuerdo aquellos gritos que proferíamos cuando, (voluntariamente, eso lo supe más tarde), perdía pie, parecía que iba a caer y al final recuperaba el equilibrio. Aquello estaba muy alto, eso es lo que al menos a mí me parecía, y por supuesto no había red alguna. ¡Qué emoción!

Con posterioridad he visto, esta vez por televisión, algún espectáculo parecido y me encuentro con unos acróbatas excepcionales. No solo andan sobre un alambre como antaño, sino que saltan, corren, dan volteretas y no se cuantas cosas más. En bicicleta y hasta con los ojos vendados. Eso si, la altura no me parece nada del otro mundo y los artistas van suspendidos de una especie de arnés que imposibilita cualquier accidente.

¿Es el mismo espectáculo que yo recuerdo? Pues va a ser que no.

En los toros ha ocurrido el mismo fenómeno. De aquellos tiempos en los cuales se jugaban de verdad la vida a los de ahora que predomina el arte como ellos lo llaman, aunque sigan voceando aquel tópico. Los toreros exigiendo, como cualquier sindicato, la aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Pidiendo al empresario que baje la altura del alambre ya que el exigir aquellas prestaciones y de ocurrir algun percance hoy podria ser considerado como homicidio. Y el alambre baja que te baja, y a un paso de terminar apoyándose en el suelo. El publico aplaudiendo las piruetas sin percatarse de que lo importante y lo fundamental era el riesgo que antaño corrían y de como técnicamente lo superaban.¿No se acordaran de aquellos funambulistas que cruzaban el Niagara a una altura impresionante? ¿No de dan cuenta que lo demás es pura gimnasia?

La emoción esta en relación directa con la altura del alambre, y la grandeza del espectáculo en relación directa con la emoción. Algo debe cambiar para que el circo no engañe con el espectáculo que anuncia y el que realmente ofrece. Alguien debe legislar sobre la altura mínima a la que el alambre deba ser colocado. Algo debe cambiar para que los funambulistas cobren en función de la altura del alambre. Algo debe cambiar para que el circo se vea obligado a informar de la altura del alambre. Algo debe cambiar para que el publico sepa distinguir entre funambulista y acróbata.

Algo debe cambiar desde luego, pero de momento estamos ya con el alambre a un palmo del suelo. ¿Terminará con ello el funambulismo?

jueves, septiembre 14, 2006

BIOGRAFIAS

Cualquier biografía, de cualquier afamado profesional, nos dirá que empezó de joven ejerciendo labores de ayudante bajo los auspicios de tal y cual, que dado su talento fue pronto adquiriendo notoriedad, que durante su vida laboral fue asumiendo cada vez mayores retos y que acabó su carrera como máximo responsable de tal o cual compañía.
Excepto la de una figura del toreo que será algo parecido a esto:
Empezó de novillero bajo los auspicios de tal y cual, que fue quien sufragó los gastos del aprendizaje. La dureza de la profesión la conoció al principio de su carrera de matador. Consiguió llegar a la cima, desde donde pudo eludir toda clase de compromisos y por supuesto responsabilidades, y alli se mantuvo durante tropecientos años.

lunes, septiembre 11, 2006

LA CLARIDAD DE IDEAS

¿Qué se requiere para cortar dos orejas en Bilbao?

Tiene que haber faena de capote, como siempre y que, además, es una de las más bellas de la lidia. Después, una correcta suerte de varas y rivalizar en quites. A continuación, una faena de 20 muletazos, por los dos pitones y matar en todo lo alto. Y es que ahora no hay nada de eso, no buscan más que esperar la hora de la muleta y darle 200 derechazos. Eso no es el toreo.

(Matias Gonzalez, Presidente de la plaza de Bilbao)

lunes, septiembre 04, 2006

PERFECTAMENTE ORQUESTADO

Las mentes pensantes, con Curro Vazquez al frente, habían trabajado a destajo. Todo estaba perfectamente orquestado para que la despedida de Cayetano como novillero tuviera trascendencia en el panorama taurino nacional. Todo atado y bien atado. Hasta el más mínimo detalle como por ejemplo, el recordar la sintonía que el abuelo tenia con el pueblo de Bilbao.
Hasta ese nivel habían llegado sus mentores y todo ello con una sola misión, tapar de alguna manera su ausencia novilleril en el coso madrileño. Otro que va en algodones y en dineros antes de llegar a ser torero. La jugada era perfecta. Encerrona con seis novillos en la plaza donde se supone que el toro tiene cuajo y trapio. Publico numeroso y garantizado, pues con hábil maniobra habían conseguido incluir el espectáculo en el abono de las Corrida Generales y de todos es conocido que el billetaje de sombra está totalmente adjudicado. Novillero en solitario pues así continuaban evitando la competencia y les permiten traer los novillos bajo el brazo. Exactamente igual que lo han venido haciendo en el transcurso de su rentable carrera novilleril. Sin problemas.
A punto estuvieron de conseguir el resultado apetecido. Si al sexto novillo de la tarde, una pera en dulce y sin poder de Torrealta al que le dieron la vuelta al ruedo, no lo llega a pinchar, hubiera tenido las dos orejas reglamentarias que le hubieran permitido abrir la puerta grande del coso de Vista Alegre. Hubiera sido la apoteosis y los ecos taurinos hubieran llegado hasta Dios sabe donde.
Pero con todos estos excelente mimbres, un buen cesto requería el remate de la actuación del espada. Y claro, eso no es programable. Torero sin recursos. Una encerrona requiere variedad en el toreo de capa, de lo contrario es un aburrimiento. Tres embarullados quites a lo largo de la tarde y uno de ellos respondiendo a la actuación del sobresaliente es un pobre bagaje. Dos zancudos novillos del Pilar, uno de ellos devuelto por invalido y dos sosos de Garcigrande tampoco contribuyeron al espectáculo.
La tarde iba en picado. La oreja que le había cortado al encastado novillo de Torrealta que hacia 3º y al que no pudo, era de esas que se conceden para intentar levantar la cosa. Aquello olía muy mal. El 4º de Garcigrande, con geniecillo, y el 5º bis, de Torrealta, mansote y rajado, tampoco consiguieron levantar los ánimos de los aburridos espectadores.
Menos mal que salio el 6º y les salvó los muebles. El Torrealta con cuajo de toro era una pera en dulce. Curro Vazquez se desgañitaba en el callejón dando instrucciones al piquero de turno para que solo señalase el picotazo. Todo fueron mimos. Y allí lucio Cayetano con un toro que llegó a la muleta con las fuerzas exactas para no molestar y con una nobleza colaboradora. Manejo bien la franela con ambas manos y tuvo detalles pintureros en los remates. Pinchó y cortó otra oreja.
Tarde vulgar con torero vulgar, aunque supongo que los voceros de turno estarán ocupados en magnificar lo que ayer ocurrió en la plaza bilbaína, cuyo aforo estaba cubierto en sus dos terceras partes. También hay que reseñar que todos los novillos, salvo los del Pilar, hubieran podido ser lidiados como toros al ser nacidos en Septiembre del 2002.
¿Será que Cayetano quería probar con los “toros” que se va a enfrentar la próxima temporada?