CARTA ABIERTA A LUIS FRANCISCO ESPLA
Admirado maestro:
Siento decírselo con toda la crudeza del mundo, pero lo cierto es que me ha usted defraudado, y mucho. He leído sus manifestaciones sobre la corrida de Victorino que le tocó apechugar la pasada feria del Pilar y la verdad es que estoy triste y desolado.
Yo que le tenía como un fiel guardián de la ortodoxia, de aquella que tantas veces ha puesto en práctica, de aquella en la que mostraba al toro en su verdad, señalando sus virtudes y sus defectos, en una palabra, de esa tauromaquia eterna por la que tanto suspiramos los aficionados, va y me salta usted con unas frases que parecen salidas del portavoz oficial del nefasto taurinismo que hoy soportamos.
Flaco favor nos hace y bien que usted lo sabe. Poco tiempo ha transcurrido para que los taurinos arrimen el ascua a su sardina haciendo suyas sus palabras y digan eso de que “…hasta Esplá reniega de este tipo de corridas”.
Quiero pensar, no me resisto a no hacerlo, que sus palabras son fruto de una reacción a su mala tarde zaragozana. Ya sabemos que siempre no se está bien. Hay días y días, pero de ahí a decir, en referencia a las ovaciones que el publico propinó a los toros, que “si el espectáculo va por estos derroteros, a mi no me interesa”, va un abismo. ¿Es que no se acuerda de las ovaciones que se llevaron los bureles de aquella legendaria corrida en la que participó con Ruiz Miguel y con Palomar en la Ventas? ¿Han pasado tantos años?. Medite sobre ello y no tardará mucho en llegar a la conclusión de que hay tardes de gloria y tardes de espinas.
"Hoy se ha visto que los valores que sustentan la Fiesta no han sido los de la estética, que son por los que se rige este espectáculo, sino que se ha dado un salto atrás, volvemos a ese toro ante el que no te puedes defender."
¿Es verdad que usted lo dijo así como suena? ¿Está seguro? ¿No será una mala interpretación de sus palabras?
La estética del rito, del rito taurino. Se lo he oído en innumerables ocasiones. El rito ancestral de la pelea del hombre con el animal. Del animal al que hay que doblegar. Del triunfo de la inteligencia sobre el instinto. ¿Y ahora me viene con que esta estética no le gusta? ¿Le gusta la del toro bobalicón que pulula por los ruedos?. No puede ser, me niego a creerlo.
Como final tengo que afirmar que de sus declaraciones hay algo que compartimos, eso de que está espeso. Yo también. Usted, porque no sabe si apuntarte a los verdes o dejar de torear, y yo porque no sé con quien quedarme sin con el Espla que yo conocí o con el nuevo Espla que acabo de descubrir.
Dígame maestro que estoy equivocado o matice sus respuestas como acostumbran a hacerlo los vulgares politicos que meten la pata con asidua frecuencia. Se lo ruego por favor.
2 Comments:
Acertadísima carta, amigo. Un brazo.
Mas razón que un santo..., yo lo vi.
Salud y suerte.
Cárdeno.
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