UNA OPORTUNIDAD

Yo creo que se la merece. Son muchas las corridas duras que ya lleva a sus espaldas y es hora que pase a torear productos comerciales y poder así demostrar el arte que atesora. Estoy seguro que la cabaña domecquiana le recibirá con los brazos abiertos.

Los entendidos podrán degustar de su excelente colocación, de su temple y de esa izquierda prodigiosa con la que interpreta un toreo natural de muchos quilates.
Los asistentes y las asistentas podrán además gozar con la visión de sus modelitos, con lo bien que se lía el capote de paseo y con los últimos complementos en moda taurina, como la montera Mickey Mouse.

Los desgraciados como yo, los que tenemos costumbre de acudir a eventos donde los toros son los protagonistas, quedaremos tristes y abatidos por su ausencia, pero confiemos en el transcurrir del tiempo que, como todos sabemos, es el remedio de toda clase de heridas.

No seamos egoístas y dejemos que también sean los demás los que disfruten del ciclón.